El trabajo del técnico responsable de recuperar los datos de un disco seriamente dañado es similar al de un restaurador que trabaja en un documento antiguo. El objetivo es recuperar tanta información de valor como sea posible y mantener intacto el material original. Asimismo, el técnico y el restaurador comparten una buena práctica para conseguir su objetivo: manipular el objeto delicado tan poco como sea posible.
Cuando el disco duro se daña, incluso físicamente, todos los pasos que se den pueden provocar la pérdida de más datos. Piense que el disco duro es el manuscrito de El Quijote. Es importante estudiar el contenido del libro, pero no tiene sentido hacerlo hojeando las páginas de 400 años de antigüedad de una obra literaria. Cada vez que el volumen se abriera y cerrara, se degradaría la integridad y se destruiría de forma irrecuperable una obra maestra. En su lugar, lo más prudente es hacer una copia de la obra y estudiarla.
Lo mismo ocurre con el disco duro. Cuando se produce un fallo físico, por ejemplo en la cabeza de lectura y escritura, normalmente significa que cada vez que lee o escribe en un sector, lo destruye. Por tanto, solo hay una oportunidad para recuperar el archivo. Es decir, si abre el archivo para obtener una vista previa del contenido y después se daña sin posibilidad de recuperarlo, se ha perdido la oportunidad.
La situación puede evitarse de la misma forma que se evitaría dañar el original de El Quijote: haciendo un duplicado. Crear una imagen del disco es mucho menos invasivo que leer o escribir en él y solo es necesario hacerlo una vez. El primer paso cuando se intenta recuperar los datos de un disco dañado es utilizar el módulo de creación de imágenes de R-Studio para clonarlo. Después, las operaciones de recuperación intensivas se realizan sobre la imagen del disco y no sobre el original.
Este método tiene una serie de ventajas. Ante todo, no dañar más el disco duro original. Clonar el disco es una forma de controlar los daños e impide que el disco se degrade aún más o que se pierdan datos. En segundo lugar, leer una imagen de disco es mucho más rápido que intentar leer un disco duro dañado. De la misma forma que un disco de vinilo salta cuando la aguja encuentra un arañazo, el ordenador tropezará si encuentra un sector dañado en el disco duro. Intentará leerlo una y otra vez hasta que lo declare dañado y siga leyendo. De esta forma no solo se daña el disco aún más. Dependiendo del tamaño y de la magnitud del problema, podría tardarse horas en recorrer el disco completo. Al crear una imagen solo es necesario hacerlo una vez. Por último, las imágenes de disco son más fáciles de transportar. En lugar de quitar el disco duro y conectarlo a otro equipo, simplemente se carga la imagen en un dispositivo de almacenamiento extraíble o se accede a él mediante una conexión de red.
En resumen: el primer paso para recuperar los datos de un disco dañado debe ser siempre clonar el disco. Ahorra tiempo y aumenta las posibilidades de recuperar los datos correctamente.